El estigma de la diferencia: albinismo, prácticas religiosas y multiculturalismo en Tanzania

Tiempo de lectura:6 minutos

Albinismo en África: contexto social

En las sociedades africanas actuales algunos grupos poblacionales enfrentan actos de exclusión social que resultan en menos derechos a elegir el resultado y dirección de sus vidas, restringiendo el acceso a cuestiones de salud, educación, empleos, entre otros. Uno de estos grupos incluye a las personas que viven con albinismo, un trastorno genético hereditario que se caracteriza por la incapacidad del cuerpo de producir o distribuir melanina. En este sentido, si bien el albinismo está presente en todos los continentes, es en países como la República Democrática del Congo o Malawi donde la presencia de personas con este trastorno genético acarrea mayores problemas debido a las creencias asociadas a él. 

Tanzania es el país con mayor población albina en todo el continente africano y uno de los países en donde más ataques se perpetúan contra ellos. A su vez, los primeros datos sobre la persecución y asesinatos de la población albina en el país ocurrieron a principios de 2007, y aún no han cesado. 

Estas persecuciones y supersticiones que se forman en el seno de la sociedad tanzana están íntimamente relacionadas con las prácticas religiosas tradicionales que poseen las sociedades africanas, ya que se consideran como una encarnación de espíritus y que las partes de sus cuerpos contienen ciertos poderes. En este sentido, además de ser víctimas de ataques y crímenes para rituales mágicos y religiosos, son discriminados y fuertemente estigmatizados, dado que también existen discursos o mitos que los asocian, por ejemplo, con castigos divinos.

Origen de los mitos

Como ya se ha mencionado, los ataques datan sus inicios desde 2007 con el asesinato de tres personas con albinismo, pero dichos sucesos devienen de la crisis que estaba viviendo el país desde hace algunos años. En este caso, desde la década de los 70’, Tanzania basaba su economía en la agricultura, aunque dicha dependencia en este modelo comienza a declinar debido a la crisis económica que forzó la eliminación de los subsidios en la agricultura. 

Sin estos subsidios, se debieron buscar nuevas alternativas para lograr la subsistencia de la población. De este modo, la pesca y la minería se presentaron como una solución a este problema. Aun así, ante la falta de garantía de obtener los recursos necesarios para generar riquezas, los mineros y pesqueros necesitaban una forma de asegurar su bienestar y poder conseguir aquellas riquezas que tanto codiciaban. Es allí donde aparecen los curanderos africanos, aprovechándose de la situación. 

En definitiva, se comenzó a expandir la creencia de que poseer partes de cuerpos de personas albinas trae buena fortuna y asegura una recompensa al entrar en las minas o lanzar las redes de pesca, por lo que los brujos deciden realizar pócimas o rituales para garantizar las riquezas. Esta estrategia se utiliza para obtener “seguridad financiera”, a costa de reducir la vida humana a un mero amuleto de buena suerte. 

A partir de esta secuencia es que hoy en día las personas con albinismo sufren de inseguridad y preocupaciones constantes, debido a que se ha enlazado la magia con el estrés socioeconómico, lo que derivó en la victimización de la población albina.

En este sentido, las personas albinas fueron y son objeto de marginación social, a causa de los mitos y creencias que aún se tienen sobre dicha comunidad. A la vez, existen diferentes puntos de vista que pueden calificarlos como seres buenos o malos, dependiendo del mito al que se refieran. Algunos los ven como seres con poderes sobrenaturales, otros como “agentes del Señor” y otros como la “reencarnación de un pecado”.

De tal manera, se identifican dos cuestiones que resultan centrales para analizar estos sucesos: por un lado, las prácticas religiosas llevadas adelante por “brujos/as” y su relación con el mundo espiritual y material, y por el otro, la exclusión y marginación social que sufren, construyendo una identidad negativa hacia ellos. 

La influencia de las prácticas religiosas tradicionales

Según ciertas creencias, se puede llegar al mundo de los espíritus a través de los practicantes espirituales: curanderas/os, brujas/os, etc. Por este motivo, la figura del brujo/a cobra relevancia, ya que ellos son quienes realizan las prácticas que atentan contra la población albina. En este sentido, como se cree que partes de sus cuerpos pueden traer buena suerte, se realizan numerosas mutilaciones e incluso asesinatos. 

Según se ha investigado, los dedos de las manos se usan en collares y amuletos, los huesos para buscar vetas de metales preciosos, las manos se queman y esas cenizas sirven para crear sopas curativas, la sangre se usa para la vitalidad y obtener poderes mágicos y sobrenaturales, los genitales para la cura de la esterilidad, entre otros. Por ejemplo, en las zonas mineras de Tanzania, los trabajadores beben pócimas que contienen partes del cuerpo de gente albina mutilada, convencidos de que esto aumentará las cantidades de minerales extraídos.

Cabe mencionar que estas partes de los cuerpos de aquellas personas se venden en los llamados “mercados negros” y poseen un alto valor económico, en comparación con los sueldos de gran parte del sector trabajador tanzano. Inclusive, se menciona que el cuerpo de una persona albina puede llegar a costar entre 65.000 y 100.000 dólares. 

Construcción de la identidad albina

La población albina es una minoría cultural que cuenta con una identidad propia, instalada en el continente africano. En algunas zonas se cree que estas personas poseen una menor capacidad intelectual que el resto de la gente. Por lo tanto, la discriminación comienza a darse en los ámbitos educativos y laborales, alegando que su desempeño no dará frutos, debido a su bajo intelecto. 

En este sentido, se ha indicado que las personas que padecen de albinismo rara vez logran terminar el secundario, y mucho menos llegar a un nivel universitario. En Burundi, el 20% de niñas con albinismo deserta de la escuela primaria, en Burkina Faso, la cifra aumenta a un 30%.

El mito acerca de que son la representación de un pecado o que están malditos lleva a una exclusión a nivel general, en donde la población evita acercarse las personas albinas por miedo a contraer mala suerte. Esto se relaciona con lo anterior, puesto que también se evita asociarse con niños que poseen albinismo durante su escolarización, lo que dificulta el desarrollo de relaciones interpersonales y facilita su aislamiento. 

En parte, el “miedo” hacia esta población puede entenderse según los escritos de Nussbaum (2013). La autora indica que el miedo puede ser fuente de comportamientos erráticos, impredecibles e inestables. Es una emoción primitiva que se orienta hacia la supervivencia y el bienestar, por lo tanto, acercarse hacia gente albina “corriendo el riesgo” de contraer maldiciones o incluso enfermedades, es lo que incentiva a la población a mantener distancia de ellos.

Contradicciones sociales y retos a futuro para la población albina

A modo de conclusión, se puede inferir que la población albina en Tanzania se encuentra privada de sus derechos humanos y sociales, por un lado, a causa de la ignorancia que rodea a la enfermedad y, por otro lado, por los mitos y creencias transmitidas socialmente sobre el albinismo. 

Como menciona Nussbaum (2013), todos los seres humanos poseen una dignidad humana que es inalienable; poseen derechos y libertades a las que no pueden renunciar, y que deben ser respetadas por el otro. Aun así, emociones como el miedo, pueden llevar a reacciones irracionales y erróneas por parte de ciertos sectores de la población, dirigiendo sus comportamientos negativos hacia lo que ellos consideran como su “amenaza”. 

Empero, pareciera existir una contradicción en las creencias del pueblo tanzano sobre el albinismo: por un lado, las personas que lo portan sufren discriminación y persecución, pero por otro, las partes de sus cuerpos son utilizados porque se cree que traen buenas suerte y pueden mejorar la vida material de las personas.

Pese a que Tanzania ha tomado medidas como la suspensión de licencias de curanderos tradicionales, detenciones a hechiceros y leyes en cuanto al cuidado de la salud; 76 personas con albinismo fueron asesinadas en este país, y miles de ellas han sido mutiladas.

El estigma de la diferencia en Tanzania genera una construcción identitaria que deshumaniza a las personas con este trastorno genético. En definitiva, la persecución y exclusión seguirá ocurriendo en tanto y en cuanto las políticas sociales no promuevan el reconocimiento de la comunidad albina como parte de la sociedad tanzana. Hasta entonces, esta población seguirá siendo víctima de actos discriminatorios, confinados a vivir en las penumbras.

Revisión histórica: Omer Freixa, Historiador africanista.

Portada: CNN

Celeste Herrera

Celeste Herrera tiene 20 años, es una estudiante avanzada de la Licenciatura en Relaciones Internacionales de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), Buenos Aires, Argentina. Actualmente se encuentra participando de un voluntariado en el Centro de Estudios Estratégicos de Relaciones Internacionales (CEERI).

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