El Eurocuerpo fue creado por Francia y Alemania en 1992 con el objetivo de consolidar un ejército multinacional conformado por las fuerzas armadas de los países miembros de la Unión Europea. Con sede en Estrasburgo, es un cuartel multinacional permanente, certificado tanto por la OTAN como para la Unión Europea como uno de sus nueve cuarteles generales terrestres de alta disponibilidad.
Desde su creación, ha mantenido sus dimensiones políticas y militares, además de haber ganado amplia legitimidad, autonomía, experiencia y una dualidad única (en la OTAN y en la Unión). Ha sido, por tanto, la herramienta perfecta para una participación en defensa europea. Todas estas características explican por qué a menudo se ha identificado como un modelo potencial de la creciente integración de las fuerzas militares europeas.
Actualmente, las cinco Naciones Marco son Bélgica, Francia, Alemania, Luxemburgo y España, responsables de proporcionar recursos y compartir los costos. Ninguna nación es superior a la otra, las decisiones se toman por consenso, y todos los puestos de mando superiores se ocupan de forma rotatoria. Además, cinco países (Grecia, Italia, Rumanía, Turquía, Polonia) contribuyen a la Sede como Naciones Asociadas, potenciando su calidad multinacional.
El panorama internacional actual requiere la creación de un ejército europeo. Dos de las principales crisis de la Unión son causadas por los refugiados y el terrorismo. Estos problemas pueden ser solucionados a través del fortalecimiento del Eurocuerpo y la creación de unas fuerzas armadas conjuntas por los países miembros. Con este panorama internacional, la vulnerabilidad de las fronteras europeas requiere una mayor atención, y por ello, deben ser defendidas.
Los acontecimientos en Afganistán y el posible auge del terrorismo ya vivido en este mismo país tras el reciente atentado de ISIS-K demuestran la importancia de formar un ejército europeo común a todos los miembros de la Unión. La defensa de las fronteras europeas, así como garantizar la seguridad de los ciudadanos de los países miembros, debe ser una prioridad de la UE.
Tras la retirada de las tropas de EE.UU. en Afganistán y la consecuente ocupación del país por parte de los Talibán, la incertidumbre y la inseguridad aumentaron significativamente. Durante este proceso de abandono del país, las tropas occidentales continuaron dependiendo del apoyo de EE.UU. para poder realizar sus operaciones de evacuación de manera efectiva. Por lo tanto, este acontecimiento hace saltar las alarmas una vez más. Esta dependencia de las tropas estadounidenses disminuiría con la creación de un eurocuerpo, que colaborando con EE.UU., aunque más independiente, actuaría en defensa de los valores y los ciudadanos europeos.
Un ejército fuerte e independiente es esencial para garantizar la seguridad en la UE. Las fronteras de Europa se enfrentan a la inestabilidad, la incertidumbre y la alta volatilidad, características principales de su entorno de seguridad actual. En este contexto, los militares deben estar preparados para operar de una manera más compleja, ambigua, en un marco dinámico y restrictivo, donde el factor humano se convierte en un elemento decisivo.
Dado que las amenazas y los riesgos están cada vez más interconectados, es esencial la cooperación y los esfuerzos nacionales y colectivos. En consecuencia, a pesar de las restricciones presupuestarias de defensa, todos los países europeos deben comprometerse a adoptar un enfoque común a la defensa y la seguridad. La estructura multinacional debe tener una excelente capacidad para responder a los desafíos mencionados, integrando cada vez más las fuerzas europeas.
El Eurocuerpo se está preparando para su fase de espera como cuartel general conjunto de la OTAN en 2024. Sin embargo, tal y como ha demostrado la crisis política de Afganistán, es de vital importancia que la UE cuente con tropas que actúen de manera independiente, desligándose en gran medida del apoyo de otras organizaciones especializadas en defensa, como la OTAN, y del poder militar de otros países, como EE.UU..
De esta manera, son los propios países miembros los que aportarán las infraestructuras y el capital humano necesario, reduciendo la incertidumbre y dependencia, además de incrementar la centralización de las decisiones y la rapidez de actuación. Para ello, se requiere un compromiso por parte de los países miembros en cuanto al aumento en el presupuesto de defensa y en el desarrollo de la cultura de defensa, tanto para líderes políticos como para los ciudadanos europeos.
Dado que el Eurocuerpo está desarrollando relaciones especiales con las instituciones europeas, se encuentra preparado y dispuesto para desempeñar un papel más importante en el avance de la defensa europea. Por último, la voluntad de los países miembros y su capacidad de involucrarse son aspectos claves en el desarrollo de esta iniciativa.
Portada: MUNSC Salient