Desde que Rusia invadió Ucrania, los países le han demandado a China posicionarse acerca de la misma, mostrando su apoyo a Vladimir Putin o condenando la invasión. Sin embargo, Beijing se ha mantenido cauto como de costumbre y se ha expresado sobre la necesidad de poner fin a las hostilidades. Pero la cercanía de Xi Jinping y Vladimir Putin siempre ha posicionado a China más cerca de Rusia que de Ucrania. Además, Xi anteriormente ya había respaldado las preocupaciones de Moscú sobre el avance de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y los Estados Unidos en Europa.
Como expresó Xulio Rios en relación a la posición china ante la guerra: “conciliar la comprensión con el agresor y la solidaridad con el agredido no es tarea fácil”, pero Beijing se movió con cautela a lo largo de este año de guerra.
El viernes 24 de febrero, China dio a conocer un documento llamado “Posición de China sobre la Solución Política de la Crisis de Ucrania”, en el cual esboza 12 puntos que contienen desde principios hasta propuestas para alcanzar la paz entre Rusia y Ucrania. En este documento, China apela a los principios fundamentales que rigen su política exterior y se muestra como país conciliador. A continuación, un breve análisis de lo que implican estos puntos para China:
“1.Respetar la soberanía de todos los países. El derecho internacional universalmente reconocido, incluyendo los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, debe ser estrictamente observado. La soberanía, la independencia y la integridad territorial de todos los países deben ser efectivamente defendidas. Todos los países, sean grandes o pequeños, fuertes o débiles, ricos o pobres, son miembros iguales de la comunidad internacional. Todas las partes deben defender conjuntamente las normas básicas que rigen las relaciones internacionales y salvaguardar la equidad y la justicia internacionales. Hay que promover la aplicación igualitaria y uniforme del derecho internacional y rechazar el doble rasero.”
El respeto por la soberanía de los países es uno de los 5 principios que integran la doctrina de la política exterior china. Se trata de un elemento que fue establecido por Zhou Enlai, exprimer ministro de la República Popular de China entre 1949 y 1976, y Jawaharlal Neru, quien fue primer ministro de India desde 1947 a 1964, en el marco de la guerra fría como parte de la política de no alineamiento promovida desde Nueva Delhi.
Durante la conferencia de Bandung en 1955, Zhou Enlai realizó un discurso en el cual explica la importancia de este principio al detallar que “la violación de la soberanía e integridad territorial y la intervención en los asuntos internos de cualquier país perjudicarán inevitablemente la paz”, por ello este principio es colocado al inicio de la propuesta china y se constituye como un punto de partida para alcanzar las demás recomendaciones y consecuentemente la paz.
Como señala The Decoding China Dictionary, se trata de un principio que no es negociable para China, dado que en su caso también cuenta con un conflicto de soberanía con Taiwán. Invocar este principio ante la guerra Rusia-Ucrania, le sirve en parte a China para escudarse tras él ante una eventual invasión a Taiwán.
“2.Abandonar la mentalidad de la Guerra Fría. La seguridad de un país no debe conseguirse a expensas de la de otros. La seguridad de una región no debe lograrse mediante el fortalecimiento o la expansión de los bloques militares. Los intereses y preocupaciones de seguridad legítimos de todos los países deben ser tomados en serio y abordados adecuadamente. No existe una solución simple a un problema complejo. Todas las partes deben, siguiendo el concepto de seguridad común, integral, cooperativa y sostenible, y teniendo en cuenta la paz y la estabilidad duraderas del mundo, ayudar a forjar una arquitectura de seguridad europea equilibrada, eficaz y sostenible. Todas las partes deben oponerse a la búsqueda de la seguridad de uno mismo a costa de la de los demás, evitar la confrontación entre bloques y trabajar juntos por la paz y la estabilidad del continente euroasiático.
3.Cesar las hostilidades. El conflicto y la guerra no benefician a nadie. Todas las partes deben mantenerse racionales y actuar con moderación, abstenerse de avivar las llamas y agravar las tensiones, y evitar que la crisis de Ucrania se deteriore aún más o incluso se salga de control. Todas las partes deben apoyar a Rusia y Ucrania a trabajar en la misma dirección y reanudar el diálogo directo lo más pronto posible, para desescalar gradualmente la situación, y en última instancia, alcanzar un alto el fuego integral.
4.Reanudar las conversaciones por la paz. El diálogo y la negociación son la única solución viable a la crisis de Ucrania. Todos los esfuerzos conducentes a la solución pacífica de la crisis deben ser alentados y apoyados. La comunidad internacional debe seguir comprometida con el enfoque correcto de promover conversaciones por la paz, ayudar a las partes en conflicto a abrir cuanto antes la puerta a una solución política de la crisis y crear condiciones y plataformas para la reanudación de las negociaciones. China seguirá desempeñando un papel constructivo en este aspecto.”
El punto 3 relativo al cese de las hostilidades y el 4 sobre reanudar las conversaciones de paz se encuentran entrelazados y también forman parte de la doctrina de la política exterior china; esto es, la no agresión mutua y la coexistencia pacífica. Más aún, como detalla The Decoding China Dictionary, la paz es un elemento fundamental para China tanto entendida como aquel Estado que no tiene guerras, así como también a nivel interno la estabilidad social, el desarrollo y la cooperación.
Asimismo, es importante señalar que China invoca estos dos puntos porque en un contexto de post pandemia que afectó fuertemente a las economías del mundo, Beijing esperaba que los países avanzaran hacia la recuperación, al igual que los diferentes sectores económicos y el comercio. Sin embargo, la actual coyuntura de hostilidades no ayuda a dichas proyecciones chinas, ya que la economía se ve nuevamente afectada por sanciones, destrozos, migraciones y deterioro en las condiciones de vida de ciudadanos ucranianos y rusos.
De esta forma, China aboga por la paz y el fin de las hostilidades no sólo porque ello forma parte de su política exterior, sino porque un mundo de paz y sin guerras es un contexto que a Beijing le conviene para avanzar con sus metas económicas, tales como la Iniciativa de la Franja y la Ruta (OBOR), que pasa por Rusia y se conecta con Europa.
“5.Resolver la crisis humanitaria. Todas las medidas conducentes a aliviar la crisis humanitaria deben ser alentadas y apoyadas. Las operaciones humanitarias han de seguir los principios de neutralidad e imparcialidad, y las cuestiones humanitarias no deben ser politizadas. La seguridad de los civiles debe ser efectivamente protegida, y hay que establecer corredores humanitarios para la evacuación de civiles de las zonas de conflicto. Se necesitan esfuerzos para aumentar la asistencia humanitaria a las áreas pertinentes, mejorar las condiciones humanitarias y proporcionar un acceso humanitario rápido, seguro y sin obstáculos, con miras a prevenir una crisis humanitaria de mayor escala. Se debe apoyar a la ONU a desempeñar un papel coordinador en la canalización de la ayuda humanitaria a las zonas de conflicto.
6.Proteger a los civiles y prisioneros de guerra. Las partes en conflicto deben cumplir estrictamente el derecho internacional humanitario, evitar atacar a civiles o instalaciones civiles, proteger a mujeres, niños y otras víctimas del conflicto y respetar los derechos fundamentales de los prisioneros de guerra. China apoya el intercambio de los prisioneros de guerra entre Rusia y Ucrania, y llama a todas las partes a crear condiciones más favorables para este objetivo.”
Los puntos 5 y 6, resolver la crisis humanitaria y la protección de los civiles y prisioneros de guerra, intentan de alguna forma “borrar” la idea que tiene occidente sobre China y los derechos humanos, dado que Beijing ha sido acusado reiteradas veces de violar los derechos humanos en su territorio. Es una forma a partir de la cual Xi se puede mostrar comprometido con la causa, al establecerla dentro de los puntos que considera que las partes deben atender para solucionar el conflicto.
“7.Mantener la seguridad de las centrales nucleares. China se opone a los ataques armados contra las centrales nucleares u otras instalaciones nucleares pacíficas, y llama a todas las partes a acatar el derecho internacional, incluyendo la Convención sobre Seguridad Nuclear (CSN), y evitar resueltamente accidentes nucleares provocados por el hombre. China apoya al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) a desempeñar un papel constructivo en la promoción de la seguridad tecnológica y física de las instalaciones nucleares pacíficas.
8.Reducir los riesgos estratégicos. Las armas nucleares no deben ser utilizadas, y las guerras nucleares no deben ser libradas. Hay que oponerse al uso o a la amenaza del uso de las armas nucleares. Hay que prevenir la proliferación nuclear y evitar las crisis nucleares. China se opone a la investigación, el desarrollo y el uso de armas químicas y biológicas por parte de cualquier país y bajo cualquier circunstancia.”
Los puntos 7 y 8, mantener la seguridad de las centrales nucleares y reducir los riesgos estratégicos, tienen que ver con evitar una escalada nuclear del conflicto. Y en este sentido, se puede establecer una relación con el punto 2, abandonar la mentalidad de la guerra fría, ya que en dicho momento la amenaza nuclear por parte de Estados Unidos y la Unión Soviética se encontraba latente.
Se trata de evitar llevar al mundo a un contexto de tal tensión y división que el uso del armamento nuclear se vuelva una opción probable. Esto puede entenderse como un llamado para Vladimir Putin, quien ha advertido que utilizará “todos los medios disponibles” para ganar la guerra. Pero también es una advertencia para Joe Biden, dado que en diciembre de 2022 Putin declaró que Rusia “utilizarían armas nucleares sólo como medio de defensa”, dejando la pelota del lado estadounidense.
“9.Facilitar las exportaciones de cereales. Todas las partes deben aplicar plena y eficazmente y de forma equilibrada la Iniciativa de Cereales del Mar Negro firmada por Rusia, Türkiye, Ucrania y la ONU, y apoyar a la ONU a desempeñar un papel importante al respecto. La iniciativa de cooperación sobre seguridad alimentaria global propuesta por China ofrece una solución factible a la crisis alimentaria mundial.
10.Poner fin a las sanciones unilaterales. Las sanciones unilaterales y la máxima presión no pueden resolver la cuestión, y sólo crean nuevos problemas. China se opone a las sanciones unilaterales no autorizadas por el Consejo de Seguridad de la ONU. Los países concernientes deben dejar de abusar de las sanciones unilaterales y de la jurisdicción de brazo largo contra otros países, con vistas a hacer sus aportes por la desescalada de la crisis de Ucrania y crear condiciones para el crecimiento económico de los países en desarrollo y la mejora de la vida de sus pueblos.
11.Mantener estables las cadenas industriales y de suministro. Todas las partes deben defender efectivamente el existente sistema económico mundial y oponerse a usar la economía mundial como una herramienta o arma para fines políticos. Se necesitan esfuerzos conjuntos para mitigar los efectos de desbordamiento de la crisis, y evitar la perturbación en la cooperación internacional en energía, finanzas, comercio de alimentos y transporte, así como la socavación de la recuperación económica mundial.
12.Promover la reconstrucción post-conflicto. La comunidad internacional debe tomar medidas para apoyar la reconstrucción post-conflicto en las zonas de conflicto. China está dispuesta a proporcionar asistencia y desempeñar un papel constructivo en este aspecto.”
Los últimos cuatro puntos, el 9, 10, 11 y 12, apuntan directamente al bienestar de la economía y el comercio mundial.
El punto 9 relativo a la exportación de granos, refiere a la “Iniciativa de Granos del Mar Negro”, que fue un acuerdo promovido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y Türkiye. Su objetivo era retomar las exportaciones de alimentos y fertilizantes interrumpidas con el estallido de la guerra. Se trata de un acuerdo que reviste de gran relevancia dado que Ucrania es uno de los principales países exportadores de grano a nivel mundial, de modo que ante la creciente escasez de estos productos, sus precios comenzaron a subir e impactar en la economía mundial. China invoca esta iniciativa para promover la seguridad alimentaria en los países, pero también estabilizar el precio de los commodities del sector energético y alimentos, que fueron los más afectados por el alza de sus precios.
El punto 10 y 11, sobre el fin de las sanciones unilaterales y mantener estables las cadenas industriales y de suministro, tienen que ver con las sanciones económicas impuestas por Europa a Rusia. Bruselas ha restringido las importaciones y exportaciones europeas de ciertos productos de Rusia, por ejemplo, aquellos pertenecientes al rubro energético, las materias primas, el transporte, materiales correspondientes a la industria de defensa, y la prestación de servicios, entre otros.
Al igual que la finalidad que buscan las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos, el objetivo de la Unión Europea es afectar severamente la economía rusa, que ya no le podrá vender petróleo crudo, productos petrolíferos refinados, carbón, acero y oro a los países que se sumaron a las sanciones, teniendo que buscar a otros compradores.
Finalmente, el punto 12 sobre la reconstrucción post-conflicto, retoma las intenciones ya expresadas en los puntos 3 y 4 relativos al cese de las hostilidades y reemprender las conversaciones por la paz. Según la mirada de Beijing, se debe partir del primer punto que implica el respeto por la soberanía de los países. Así, China se muestra como un país con vocación de promover la paz para avanzar nuevamente hacia el desarrollo económico y la cooperación.
¿Es suficiente este documento para alcanzar la paz?
No es menor destacar que el accionar chino también debe entenderse en el marco de la aspiración hegemónica que tiene el país y su competencia con los Estados Unidos por dicho rol. En este sentido, China trata de ofrecer una “solución” apelando a las normas internacionales y los principios reconocidos por la ONU, como contracara del accionar estadounidense que se basó en la asistencia militar a Ucrania. Así, Beijing intenta mostrarle al mundo que puede haber una solución al conflicto ruso-ucraniano a partir de una concepción china y no necesariamente al modo occidental.
Sin embargo, estos 12 puntos resultan difíciles de ser aplicados por las partes. Para comenzar, el respeto de la soberanía de los países implicaría a Rusia dejar de invadir el territorio ucraniano algo que no se encuentra dentro de las consideraciones del Kremlin. Como explicó Juan Battaleme en una entrevista a France 24, hay dos posibles escenarios que pueden poner fin al conflicto: o que una de las partes finalmente venza a la otra, o que ambas partes lleguen a un momento de agotamiento tal que no puedan continuar, a partir de lo cual podrían sentarse a dialogar y negociar. Teniendo en cuenta esto, lejos se está de encontrar una solución inmediata en el documento chino, aunque sí resulta importante como lineamiento a seguir. Mientras tanto, el conflicto no parece visualizar un fin.
Fuente portada: El Orden Mundial