Artículo realizado en conjunto por Lucas Caraffa y Agustín Pipino.
El sistema político de Corea del Sur se destaca por cuatro características. Conocida como tierra del k-pop, y por sus altos índices de desarrollo económico en las últimas décadas, el país del Sur de la península tiene un sistema democrático liberal. Hijo de la guerra fría, se enmarca con una gran volatilidad y debilidad de los partidos, regionalismo, cultura confuciana y corrupción. A continuación, un breve repaso por las características de este.
Sistema institucional
En contraste con el caso analizado del Japón, Corea del Sur no se presenta como una monarquía. La Constitución establece una república democrática con un sistema presidencialista. El Poder Ejecutivo es dirigido por el Presidente, quien es el jefe de Estado, de Gobierno y Comandante de las Fuerzas Armadas; a su vez nombra al Primer Ministro con la aprobación del Parlamento. Recibe la asistencia de 7 consejos independientes, nombra a los 17 ministros y dirige la Agencia Nacional de Inteligencia y la Junta de Audición e Inspección.
El Primer Ministro tiene como función asistir al Presidente, supervisar a los ministerios, recomendar ministros y debe actuar como Presidente Interino en caso que el Presidente no pueda cumplir sus funciones. Las elecciones presidenciales son cada 5 años, mientras que las elecciones legislativas son cada 4.
El Poder Legislativo está compuesto por un parlamento unicameral, llamado Asamblea Nacional Gukhoel, que tiene 300 miembros, y que mantiene regularmente 100 sesiones al año. A su vez, el Poder Judicial es una rama estatal independiente. El sufragio es universal para los mayores de 20 años y el Presidente no tiene posibilidad de ser reelecto.

Clivajes, hijos de la guerra fría
En la misma línea que la investigación del caso nipón, nos interesa profundizar en este trabajo cuáles son los asuntos que definen la agenda política en Corea del Sur; a saber, los clivajes sociales, religiosos, étnicos o regionales que enmarcan la discusión política.
En el caso surcoreano, se encuentra una sociedad homogénea marcada por el monopolio conservador a partir de su nacimiento. Siguiendo la línea de Telias presentada en nuestro análisis anterior, se entiende a la coyuntura de la Guerra Fría y la existencia de la Corea del Norte como elementos iniciales que definieron el sistema de partidos.
Así, la amenaza del Norte llevó a que los principales partidos no tuvieran grandes discrepancias ideológicas, diferenciándose únicamente por un clivaje regional o por el personalismo de sus líderes. Existió un consenso unánime con la alianza de seguridad con Estados Unidos y con respecto a Corea del Norte.
La política de Corea del Sur no se enmarca por la presencia de clivajes ideológicos pero sí por la existencia de un clivaje regional, sobre la región de Jeolla, marcada por el atraso en su desarrollo en comparación con las demás regiones del país. Tras el despegue económico de Corea del Sur, esta provincia fue marginada de las políticas de desarrollo industrial. Muchos presidentes buscaron canalizar la mayor parte de los recursos a otras provincias como Gyeongsang. Proyectos de desarrollo industrial como la siderúrgica POSCO, Ulsan y el puerto de Pusan fueron promovidos en la última mencionada, mientras que Jeolla permanecía política y económicamente marginada.

Imagen: Al margen izquierdo en verde oliva Jeolla del Norte y en verde pasto Jeolla del Sur, mientras que en el medio y a la derecha Gyeonsang del Norte en amarillo y Gyeonsang del Sur abajo de este en naranja. Fuente: Annamapa
El comportamiento electoral surcoreano muestra la polarización regional. Por ejemplo, en las elecciones de 1987, Kim Dae Jung obtuvo casi 88% de los votos en Jeolla, pero sólo pudo lograr el 2% de las preferencias en Gyeongsang del Norte. En las últimas ocurridas en este año, Lee Jae-myung logró sacar el 86% de los votos en Jeolla del Sur, mientras que alcanzó solo un 21,6% en Daegu. Mientras que Yoon Suk-yeol apenas un 11.4% en el primer distrito mencionado y un 75% en el último.

Fuente: electoralgeography
Volatilidad y debilidad de los partidos
Como dice José Luis León: “En Corea del Sur los partidos se estructuran a partir de lealtades individuales o de identidades regionales. Existe por lo tanto una enorme volatilidad en la conformación y la propia permanencia de los partidos”. Los políticos cambian de bando, de espacio y de partido con gran facilidad. Los partidos sufren fuertes escisiones, grandes reagrupaciones y continuos cambios de nombre. Sus agendas programáticas no son fácilmente distinguibles y los discursos políticos apelan más a estados de ánimo que a plataformas ideológicas.
Telias plantea que durante el período considerado entre 1988-2016, en Corea del Sur se realizaron 8 elecciones con una volatilidad electoral legislativa alta con un promedio de 33,6. Esto define al sistema de partidos surcoreano como uno de débil institucionalización. También existe una tendencia hacia una volatilidad decreciente en los últimos dos ciclos electorales considerados, la cual además se muestra presente en la última elección del 2022.
Por ejemplo, los dos partidos principales actuales no tienen más de diez años de vida cada uno. El Partido Democratico de Corea fue fundado en el 2014, mientras que el Partido del Poder Popular desde hace menos de dos años.
Más tarde, el desarrollo de la Sunshine Policy en 1997 llevó a la redefinición ideológica de los partidos y la aparición de partidos de izquierda, generando a su vez mayor estabilidad electoral e incluso formando diferentes bloques progresistas. Hoy en día se enmarca bajo el Partido de la Justicia, que tuvo su mayor logro al sacar casi un 10% en las últimas elecciones legislativas del 2020. Vale aclarar que nos referimos a partidos de izquierda dentro del espectro político surcoreano, que no desafían las principales características económicas del régimen.
Sistema Electoral
Para referirnos al método de elección de las autoridades surcoreanas debemos hablar de las elecciones presidenciales y parlamentarias. En el caso de la elección presidencial, esta se realiza cada 5 años, por medio de voto directo y universal y sin posibilidad de reelección.
Para las elecciones parlamentarias se consta de un sistema mixto. La asamblea nacional es un organismo unicameral de 300 miembros. De la totalidad, 253 se eligen a través de circunscripciones electorales uninominales, el candidato con más votos obtiene la banca. Las 47 restantes se dirimen mediante sistema proporcional.
Este sistema produce ciertos efectos que determinan la política del país. Por un lado, debido a las importantes atribuciones que le corresponden al presidente, que supone un presidencialismo fuerte. Por el otro, lleva generalmente a gobiernos en minoría parlamentaria.
Como se ha mencionado, la política surcoreana se caracteriza por un fuerte regionalismo y personalismo. Esto tiene relación con las circunscripciones electorales uninominales, que dividen las elecciones de la asamblea en pequeñas circunscripciones locales, donde solo un candidato es elegido. Si bien las elecciones legislativas también constan de bancas que se dirimen a través de sistema proporcional, estas son únicamente la quinta parte de la totalidad.
Si bien el sistema electoral puede ser un factor de la fuerte personalización de la política, no explica todo. La baja institucionalización partidaria y el fuerte presidencialismo son los principales factores a tener en cuenta.
Corrupción
Al igual que en el sistema japonés, el fenómeno de la corrupción se encuentra presente en Sur corea. Probablemente algún lector recordará haber escuchado escándalos en los medios de comunicación. Pues resulta ser cierta la presencia de continuas purgas y escándalos de corrupción en la política surcoreana.
Las campañas contra la corrupción son sucedidas por purgas burocráticas y encarcelan a políticos y funcionarios. Se destacan las purgas emprendidas por Park en 1961 y 1975-1977 por el movimiento Seojungshaeshin, por el presidente Chun en 1979-1981, y por Kim Young Sam en 1993-1996.
Esta última incluso tuvo como resultado el despido de múltiples ministros y viceministros, además de que más de tres mil funcionarios renunciaron voluntariamente o fueron relevados de sus cargos bajo acusaciones de deshonestidad. Ex presidentes han pasado por la cárcel. Se enjuició a los ex mandatarios Chung y Roh e incluso se condenó a Park Geun-hye por abuso de poder, coacción y soborno, quien luego fue indultada.
José Luis León argumenta que la corrupción que periódicamente sacude a la política surcoreana juega un papel de catarsis y expiación, que sirve por un lado para ajustar cuentas entre los gobernantes, y por otro para enviar a la sociedad el mensaje de que están ocurriendo cambios dramáticos que, a fin de cuentas, no suceden de manera tan expedita.

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